¿Qué se puede hacer cuando las noches se convierten en un portal al infierno mismo? El protagonista de esta novela no puede permanecer en su departamento al caer el sol. Algo lo acecha, no sabe si es él o algo más. Se pasea por las calles deshabitadas del microcentro porteño buscando tranquilizarse; es entonces que descubre un turbio bar donde un siniestro anciano le encaminará a un destino muchísimo más oscuro que el que podría imaginarse. Aquel encuentro definirá su vida. Y toda su existencia, de ahí en más, irá en un espiral en descenso cuyo fin no es la muerte física sino algo infinitamente peor: la destrucción del alma.