Pero con el tiempo, Ana comenzó a darse cuenta de que sentía algo más por Carmen. No estaba segura de sí Carmen sentía lo mismo, así que decidió mantener sus sentimientos en secreto.
Sin embargo, el destino tenía otros planes. Un día, mientras estaban juntas en la biblioteca estudiando para un examen importante, Carmen dejó caer sus apuntes y Ana los recogió para ayudarla. Cuando Ana le devolvió los apuntes, sus manos se rozaron y se miraron a los ojos durante un momento que pareció eterno.