Amor y Sangre es la historia de un amor tan violento como imposible, una pasión vivida con delicadeza por unos protagonistas minados por sus propios estados de ánimo imprevisibles y a menudo contradictorios. De hecho, es un amor con sangre. Todo esto se dice, a veces a medias, a veces con tanta rabia que el lector puede sentirse mareado entre la nobleza del amor y la bajeza del odio. Un maniqueísmo a imagen y semejanza de los argelinos que no conocen las medias tintas. Esta novela no es sólo una historia de amor con el terrorismo como telón de fondo, sino sobre todo una escritura que extrae su originalidad de la sensualidad de la frase, que deja fluir su metáfora o subir su onda como sólo un auténtico poeta sabe hacerlo.
Más allá de los muros de la conciencia donde se erigen las fronteras del orden establecido y de la cultura secular, el corazón trata de hacer valer sus razones adoptando, para siempre, la vagancia. En un país en el que la guerra civil y el comportamiento incívico están a flor de piel, el amor resulta ser el único baluarte contra el salvajismo.
En efecto, por una serie de circunstancias sorprendentes, Mounia conoce a Mourad, un hombre forjado en la adversidad y el sufrimiento. Experimentarán un amor tan loco como poético. Sin embargo, en una atmósfera de terrorismo, se prevé una espiral de violencia. Sin embargo, en un país incendiado por la horda salvaje, sólo encuentran sus corazones como territorios definitivos donde, a salvo de la muerte, cultivan su dulce romance.