El autor, con cuarenta y cinco años de edad, lo tiene todo: una familia a la que ama, dos automóviles, un perro y dos gatos. Reside en un barrio de la periferia, trabaja como ejecutivo corporativo y goza de una buena estabilidad económica. La vida, para él, es cómoda y predecible.
Sin embargo, le falta algo que no sabe cómo describir ni cómo resolver. Toda su existencia se ve dominada por el sentimiento constante de ser una persona incompleta.
Pero Doobie aprende pronto que su vida no va ser rutinaria ni común. Un día soleado de invierno se encuentra con Elías, su maestro espiritual, en un taller de chamanismo celebrado en Nueva Orleans; el curso de sus experiencias da un giro. Una semilla mística lo despierta y empieza a germinar. Le crea el ansia de mayor abundancia espiritual y lleva a transformar su sentimiento de ser incompleto en una sensación de plenitud y embelesamiento.
Caminando con Elías: La fábula de una vida y un alma plenas nos inspira para que exploremos sin temor alguno nuestra propia senda espiritual y que caminemos por donde nunca lo habíamos hecho.