No intentaré una definición de la fe. Sólo diré en pocas palabras que la fe que no va más allá del intelecto no puede salvar ni santificar. No es fe en absoluto. Es incredulidad. Ninguna fe es salvadora sino la que nos une a la persona de un Salvador vivo. Todo lo que no llega a esto no es fe en Cristo. Por lo tanto, aunque la salvación se describe a veces en las Escrituras como un "llegar al conocimiento de la verdad", se representa más comúnmente como un "llegar a Cristo mismo". "No queréis venir a mí para que tengáis vida"; "al que viene a mí no lo echo fuera" (Juan 5:40; 6:37).