Hay una célebre frase que dice, "no sé lo que es la vida, pero sé perfectamente cuando mi perro está muerto." Toda persona se ha preguntado, al menos una vez, desde su juventud, cosas elementales sobre el existencialismo. Preguntas tales como, ¿quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Qué he de hacer con mi vida? O, ¿qué pasará después de esta vida? Esto es tan importante para nuestro ser, que muchos no dudan en consultar adivinos, de modo que, aunque fuese en cierto grado, pudiese calmar esa intriga. Lo que llamamos 'muerte' es parte de estas grandes interrogantes.
Lamentablemente para la mayoría, esta es la gran pregunta que – al menos oficial, o popularmente - carece de mayores respuestas. Puede que el grueso de la población no quiera pensar en esto, ya que un incómodo – y hasta terrible - miedo, desasosiego e incertidumbre invaden su ser. No obstante, no falta ver muertos en películas de acción o drama, y, de un modo u otro, el género gore, terror y drama de criminalidad resultan bastante seductores para muchos. Somos conscientes que en nuestro interior hay algo que nos intriga del 'Más Allá', una mezcla entre intriga, respeto, miedo y una profunda curiosidad. Todos queremos creer, de un modo u otro, que hay algo más allá de esta vida. Todos deseamos perdurar, ser longevos, jóvenes, inmortales, eternos.
Cuando nos vemos ante la posibilidad de la muerte, es ahí donde inequívocamente nuestro ser interior dice, con completa honestidad: "padre, ¿por qué me has abandonado?" Esta frase de Yeshua (Jesús de Nazaret) no se centra en él y su momento de presunta agonía en la cruz, sino en una verdad incuestionable sobre cómo el hombre se ve obligado a doblegarse ante el abismo emocional y psicológico que representa la sensación completa de vulnerabilidad, incertidumbre, miedo, pánico, soledad y abandono que suponen las puertas del Más Allá. ¿Qué sentido tendría vivir un tiempo para luego dejar de existir? ¿Cómo puede ser la vida un regalo, si cuando apenas algo he logrado disfrutar, llega la enfermedad, luego la vejez y, finalmente, la muerte? O, ¿cómo puedo tener confianza o certidumbre en algo si no sabes si mañana te visitará la enfermedad, la minusvalía o la muerte?
¿Y si pudieses conocer lo que hay más allá del umbral de la muerte? ¿Estarías dispuesta/o a creer en la posibilidad de que tu ser siga existiendo una vez deje el vehículo corporal? ¿Y si el cuerpo es solamente un vestido para algo más que puede moverse por otras dimensiones y renacer mil y miles veces hasta la eternidad? ¿Y si nuestro destino es en convertirnos en seres superiores que trasciendan a la muerte y se conviertan en dioses? Si estás dispuesto a dar lugar a esta posibilidad, esta obra seguramente te interese.