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Dickens y Shakespeare fueron siempre las dos grandes devociones de G. K. Chesterton. A diferencia de Dickens, al que dedicó al menos dos libros, sobre Shakespeare no alcanzó en vida a publicar ninguno, pero sí, en periódicos y revistas, un pequeña multitud de entretenidísimos y muy sugerentes artículos y ensayos que solo mucho después de su muerte, en 1971, alcanzaron a ser reunidos por Dorothy Collins. El siempre entusiasta Chesterton fue especialmente entusiástico con Shakespeare, al que entendió con la penetración y la cercanía del que, más que de su mismo tiempo, parece ser de su propia familia. Pese al aire casual, de la condición de no buscados, de la ausencia de toda pretensión totalizadora o académica, estos pequeños y apretados ensayos son de lo mejor, de lo más deslumbrante (como dice José María Álvarez en el prólogo) y, sobre todo, de lo más ameno que se ha escrito sobre la figura y la obra de William Shakespeare. La traducción de Aurora Rice es la primera en lengua española. A.L.Lo que va a leer reduce a cenizas montañas de pretenciosos textos académicos sobre Shakespeare, y abre, contra ese saber prescindible, las ventanas al aire fresco de la inteligencia y la libertad.Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) es conocido, sobre todo, entre el gran público, por sus relatos policiales del padre Brown y por su novela El hombre que fue Jueves, pero el gran escritor inglés destacó en todos los géneros literarios, especialmente en el menos convencional y menos cerrado (tal como convenía a su peculiarísima personalidad humana y artística), el ensayo, lo que en su caso no es sino hablar de periodismo. Porque el siempre polémico y polemista Chesterton fue sobre todo, durante toda su vida, un periodista, es decir un hombre curioso y apasionado para quien no había asunto que no pudiera o no debiera ser tema de discusión («no hay cosas sin interés. Tan solo personas incapaces de interesarse» es una de sus frases o, lo que es casi lo mismo, de sus paradojas). En los catálogos de Ediciones Espuela de Plata y Renacimiento puede encontrarse una buena parte, además de una muy buena representación, de la obra de Chesterton. Entre ediciones de rescate, nuevas traducciones y libros inéditos en español, sumamos ya más de veinte títulos.