Escrita entre 1330 y 1335 por el infante Don Juan Manuel, “El Conde Lucanor” es una de las más representativas obras de la literatura medieval en lengua castellana. Se enmarca dentro del fructífero género de los exempla medievales, una serie de historias ilustrativas o ejemplos didácticos de breve extensión, entendidos como verosímiles y destinados a transmitir una enseñanza o lección de carácter moral para convencer al receptor haciéndolo reflexionar. “El Conde Lucanor” desarrolla cincuenta y un ejemplos de este tipo, englobándolos en un marco narrativo común que está protagonizado y caracterizado por el diálogo de dos personajes: el Conde Lucanor y su consejero Patronio.