El pecado no solo es una desviación o inclinación hacia lo malo, propia de la naturaleza humana, es un argumento espiritual provocado por Satanás para tener derecho de operación e intervención entre la raza humana.
Dios no diseñó, ni creó el pecado para que cohabitara con el hombre. Por dos razones lo afirmamos y lo corroboramos con las mismas Escrituras,
Primero, la expresión, y vio Dios que era bueno, de cada uno de los primeros cinco días de la Creación de su obra, junto con el, y vio Dios que era bueno en gran manera, del sexto día, demuestra que en su diseño, Dios ordenó todas las cosas tan armoniosamente, de tal forma que algo desviado como el pecado y la maldad no tendrían cabida en ellas.
Segundo, las Escrituras dan claro testimonio de que Él sustenta todas las cosas. Si Él las sustenta, su Santidad no permite que se origine nada errado como el pecado y la maldad. Esto es un fundamento inalienable del Reino de los Cielos.
Y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten: Colosenses 1:17
Porque convenía que aquel por cuya causa son todas las cosas, y por el cual todas las cosas subsisten, habiendo de llevar a la gloria a muchos hijos, hiciese consumado por aflicciones al autor de la salud de ellos. Hebreos 2:10
El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos, Hechos 17:24
El pecado no es creación de Dios, sino, satánica. Fue diseñada para por ella establecer y mantener al hombre en cautiverio. La epístola a los Romanos afirma que el pecado entró al mundo por un hombre.
De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron. Romanos 5:12
El pecado no está en el mundo, está conviviendo dentro de la naturaleza humana. Las Escrituras dan testimonio que la Creación ha sido sujeta a vanidad,
Porque las criaturas sujetas fueron a vanidad, no de grado, mas por causa del que las sujetó con esperanza, Romanos 8:20
Lo que significa que el pecado no es parte de la materia sino un mal endémico de la naturaleza humana. Esto nos conduce a entender que el pecado es una condición, no un estado.