La generosidad engendra generosidad. Esto es especialmente cierto cuando la generosidad está arraigada en el terreno fértil de la cercanía. Gracias a su actitud abierta y llena del Espíritu, Henri siempre procuraba encontrar aspectos comunes con las personas que conocía. Una gran generosidad de sí mismo era el origen de su generosidad con el dinero. Su deseo de establecer relaciones auténticas despertaba este deseo en los demás, y esto le hacía sentir que la gente era generosa con su tiempo, su preocupación y también con su dinero.
Al igual que muchos de nosotros, la visión de Henri comenzó con la idea de que la recaudación de fondos era una actividad necesaria pero desagradable para apoyar los asuntos espirituales. Sin embargo, su pasión por el ministerio y por vivir a partir de una motivación espiritual lo llevó a profundizar más y más hasta que finalmente pudo decir con convicción: La recaudación de fondos es, ante todo, una forma de ministerio.