Stephen Lynch llega a Londres con una misión: vender la mercancía que transporta en su barco y saldar las deudas que posee su familia desde antaño.
A priori, dicho objetivo parece muy sencillo. Lo único que ha de hacer es buscar un buen comprador. Sin embargo, la tarea se vuelve una tortura después de conocer a la hija del marqués de Riderland.
Él no quiere que suba a su barco.
Ella hace todo lo posible para conseguirlo.
Stephen no desea tratar con ella.
Evah insiste en que es la única persona que puede comprar su mercancía.
La señorita Bennett se convierte en el mayor de sus problemas.
El señor Lynch se convierte en el único hombre que podrá salvarla de una humillación social…
¿Cómo terminará esta historia llena de negaciones, discusiones, enfrentamientos y deseos?