Hasta hace poco determinante para la afirmación de una ciencia histórica española autónoma, la influencia de la historiografía francesa ha retrocedido de manera progresiva hasta parecer, a veces, secundaria. La presente obra recoge las contribuciones de historiadores franceses y españoles que han reflexionado conjuntamente sobre la significación de esta impronta francesa. De esta manera, se dibuja una verdadera cartografía de la influencia francesa en España, con sus límites y envites, evocando a toda una comunidad de historiadores, de Febvre a Furet y de Braudel a Vilar. Este libro pretende reflejar una retrospectiva de la historiografía francesa en clave española. Los debates planteados aquí dan un repaso a las herramientas metodológicas propuestas por los franceses y adaptadas, según las necesidades de la propia historia española, por los historiadores españoles. Además, estos cuestionamientos sobre los métodos, los temas de investigación y el estatus del historiador, revelan las preocupaciones actuales de sociedades cuya memoria histórica se transforma, requiriendo sin duda una redefinición, si no de la profesión del historiador, de su función intelectual y social.