Hemos ingresado a una nueva era de la naturaleza. ¿Qué queda de las fronteras del pensamiento moderno que separaban lo viviente de lo inerte, la subjetividad de la objetividad, lo aparente de lo real, el valor de los hechos, y lo humano de lo no humano? ¿Acaso pueden las grandes oposiciones que presidían la invención moderna de la naturaleza conservar su coherencia? En La naturaleza como acontecimiento, Didier Debaise argumenta que hacen falta nuevas narrativas y cosmologías para rearticular lo que hasta ahora permanecía separado. Siguiendo a William James y a Alfred North Whitehead, Debaise nos presenta una manera pluralista de abordar la naturaleza. ¿Qué sucedería si le atribuimos subjetividad y potencialidad a todos los seres, tanto humanos como no humanos? ¿Por qué no podríamos pensar la dimensión estética y afectiva como el tejido que enlaza todo lo que existe? ¿Y qué tal si los sentidos de importancia y de valor no fuesen entendidos ya como exclusivamente limitados a lo humano?