"Me quedé en silencio; no quise abrir la boca, pues Tú eres el que ha hecho esto". Salmo 39:9
(Un cristiano con una hoja de olivo en la boca, cuando está bajo las mayores aflicciones, las pruebas y los problemas más agudos y dolorosos, las providencias y los cambios más tristes y oscuros. Con respuestas a diversas preguntas y objeciones de la mayor importancia, que tienden a ganar y trabajar las almas para que estén quietas, tranquilas, calmadas y silenciosas bajo todos los cambios que tienen o pueden pasar sobre ellas en este mundo).
"El Señor está en su Santo Templo; que toda la tierra guarde silencio ante él". Habacuc. 2.20.