Los neumáticos de su motocicleta recorren a diario el paisaje acostumbrado de una ciudad extraña, trabaja en un garaje de coches durante el día y es un matón respetado, a las órdenes de un narcotraficante, cuando el sol se pone y se encienden las luces de las calles. Le llaman Comanche, y viene de un país lejano donde nunca pudo ver el sol poniéndose por el mar, porque las playas se encontraban al norte. Esta noche, lo que tenía que haber sido una simple reunión de negocios entre traficantes se convierte en algo inesperado, que de pronto parece amenazar con una fuerte sacudida lo que hasta ahora ha sido su mundo en este país. Así, Comanche se verá obligado a tomar decisiones que tal vez no le gusten, pero en un sueño recurrente, en el que se encuentra con una vieja junto a una hoguera, aprendió que el mundo, antes de que él naciera, se construyó a base de decisiones amargas.