Cuando Austin Bridger hereda cientos de millones, debe abandonar su hogar y a su familia para reclamarlos.
Carly Vance ya no es una prisionera, pero ¿será verdaderamente libre algún día?
Austin se esfuerza por mantener a flote su negocio de hidroaviones y ayudar a su madre enferma. Al fallecer su padre —quien nunca lo reconoció en su existencia—, deja una herencia de miles de millones para él y sus dos medio hermanos. ¿La condición? Los tres deben vivir en el rancho de Montana durante todo un año. Para Austin, ese dinero se encuentra manchado, pero necesita desesperadamente cada centavo, y no le queda otra opción que abandonar Seattle, su ciudad.
Carly era una estudiante de veterinaria cuando su sueño se arruinó. Permaneció cautiva en una isla del Pacífico Sur por tres años luego de haber sido secuestrada de un restaurante de su pequeño pueblo. Ahora está de regreso, pero sus traumas son severos. En un intento por recuperar su vida, acepta valientemente un trabajo en los establos del rancho Bridger.
A pesar del doloroso pasado de Carly y de las responsabilidades de Austin, las chispas entre ellos crepitan cuando se cruzan, pero el Rancho Bridger guarda secretos que pueden amenazar su felicidad... y sus vidas.