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Un periodista llamado Dirk Schneider sufrió en secreto episodios de pánico debilitantes durante más de tres décadas mientras cubría lugares peligrosos en todo el mundo.

A pesar de su reputación pública de demostrar valentía en su cobertura de noticias, Schneider sufrió una pérdida de compostura durante la filmación normal en vivo, lo que le causó gran ansiedad.

El público se dio cuenta de su enfermedad cuando Schneider sufrió un ataque de pánico en directo por televisión, lo que le hizo cometer errores.

El incidente provocó la suspensión, acompañada de una enorme vergüenza y arrepentimiento.

Schneider se vio obligado a afrontar directamente su inquietud, que había ocultado durante muchos años, a raíz de este acontecimiento decisivo.

Emprendió una búsqueda personal para comprender los principios científicos detrás del pánico y descubrir remedios eficaces.

Schneider buscó la orientación de expertos de renombre de todo el mundo y exploró una variedad de enfoques que incluían terapia, medicación y psicodélicos innovadores.

Aunque aún no se ha descubierto un remedio definitivo para los trastornos de pánico, la historia de Schneider proporciona información y optimismo a otras personas que sufren de ansiedad y, al mismo tiempo, arroja luz sobre una manera de seguir adelante.