Memorias del silencio, a decir de las palabras de su autora, es un pedazo de su vida, de aquellos días donde escribir fue su única satisfacción.
A veces, la gente decide callar y dejar en el cajón sus letras tristes, pero la autora tomó la decisión de poder llegar a muchos corazones que, como ella hacía, viven esa tristeza en silencio. Edith Velázquez Vargas grita esa desolación en su propio lenguaje; así nace la poesía, y así, la poesía le da la voz a cada una de las palabras silenciadas.