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Ubicada en la Argentina rural, No es un río indaga en la crueldad y la violencia del universo masculino a través de los pactos y las alianzas secretas entre hombres. Enero y el Negro llevan de pesca a Tilo, hijo adolescente de Eusebio, el amigo muerto. Mientras beben y cocinan y hablan y bailan, lidian con los fantasmas del pasado y con los del presente, que se confunden en el ánimo alterado por el vino y el sopor. Una red mezcla realidad y sueño, hechos y conjeturas, isleños, agua, noche, fuego, peces, bichos. Humana, pero a la vez animal y vegetal, esta novela fluye como un cauce, una larga conversación o el afecto entre seres que se quieren: madres, hijos, hermanos, amantes, ahijados. Con No es un río, Selva Almada completa su trilogía de varones, inaugurada con El viento que arrasay seguida inmediatamente por Ladrilleros. En esta novela magistral vuelven a brillar sus formas del decir y su extraordinaria sensibilidad para lograr que los personajes expresen en el hacer lo que habita en lo profundo de sus almas, en lo lejos de sus propias vidas. La crítica ha dicho...«El costumbrismo es telúrico, y la lengua no estándar remite a idiosincrasias locales que Almada eleva a su condición universal por su limpio manejo de la antítesis [...] y de lo simbólico: la isla es metáfora y es isla sin más, accidente geográfico hiperrealista. Territorio que se posee. Mujer que, a menudo, no puede elegir ni su maternidad. Tampoco el río es un río, #es el río# y el tránsito del artículo indeterminado al determinado encierra una visión del mundo que desencadena tragedias por el sentido de pertenencia y territorialidad.»Marta Sanz «Quizá por escribir desde los márgenes, Selva Almada consigue dotar a las palabras del significado que alguna vez soñaron tener. Una prosa terca, violenta, pulida y sedimentada, que moja a su paso.»Eider Rodríguez «Selva Almada dota a No es un río de una enorme fuerza gracias a una escritura donde el costumbrismo se transforma en poesía. Hace novela social con todas sus virtudes y ninguno de sus defectos.»Elvira Navarro «No es un río, su última novela, sigue elevando su apuesta en pos de un laconismo en absoluto reñido con la complejidad, de un lirismo desnudado de todo preciosismo. La naturaleza, los gestos, los elementos absorben aquí toda la psicología del relato, cuya intensidad y contrastes evocan la técnica del grabado en madera, empleada en este caso con deslumbrante maestría.»Ignacio Echevarría «No es un río es una novela enorme, una lírica de la aspereza en la que la amistad entre varones, la paternidad, la mujer amada y las despreciadas, la lealtad y la traición casi no necesitan ser dichas para hacerse sentir. Te tocan.»Gabriela Cabezón Cámara «En su realismo de repercusiones mágicas, confluyen Onetti y el Borges de #El Sur# con la sombra inflamada de Horacio Quiroga,pero la calidad y resolución de su prosa activan una sugestión que es exclusiva de Selva Almada.»Francisco Solano, El País «Es literatura de provincia, como la de Carson McCullers, por ejemplo. Regional frente a las culturas globales, pero no costumbrista. Justo al revés de mucha literatura urbana, que es costumbrista sin ser regional.»Beatriz Sarlo, Perfil, Argentina «Selva Almada reinventa el imaginario rural de un país. [...] Una autora dotada de una potencia y una sensibilidad poco frecuentes.»Rolling Stone, Argentina «Lo que parece fantástico de pronto se vuelve hiperrealista, un poco como en los cuentos de Rulfo o de Sara Gallardo.»Oliverio Coelho, La Nación, Argentina «Almada reconstruye la experiencia del pueblo de provincias con extrema precisión, descubre sus reglas y recrea su lenguaje buscando no sólo la sonoridad de sus palabras sino también la complejidad de sus sentidos.»Martín Lojo, ADN, Argentina Ubicada en la Argentina rural, No es un río indaga en la crueldad y la violencia del universo masculino a través de los pactos y las alianzas secretas entre hombres. Enero y el Negro llevan de pesca a Tilo, hijo adolescente de Eusebio, el amigo muerto. Mientras beben y cocinan y hablan y bailan, lidian con los fantasmas del pasado y con los del presente, que se confunden en el ánimo alterado por el vino y el sopor. Una red mezcla realidad y sueño, hechos y conjeturas, isleños, agua, noche, fuego, peces, bichos. Humana, pero a la vez animal y vegetal, esta novela fluye como un cauce, una larga conversación o el afecto entre seres que se quieren: madres, hijos, hermanos, amantes, ahijados. Con No es un río, Selva Almada completa su trilogía de varones, inaugurada con El viento que arrasay seguida inmediatamente por Ladrilleros. En esta novela magistral vuelven a brillar sus formas del decir y su extraordinaria sensibilidad para lograr que los personajes expresen en el hacer lo que habita en lo profundo de sus almas, en lo lejos de sus propias vidas. La crítica ha dicho...«El costumbrismo es telúrico, y la lengua no estándar remite a idiosincrasias locales que Almada eleva a su condición universal por su limpio manejo de la antítesis [...] y de lo simbólico: la isla es metáfora y es isla sin más, accidente geográfico hiperrealista. Territorio que se posee. Mujer que, a menudo, no puede elegir ni su maternidad. Tampoco el río es un río, #es el río# y el tránsito del artículo indeterminado al determinado encierra una visión del mundo que desencadena tragedias por el sentido de pertenencia y territorialidad.»Marta Sanz «Quizá por escribir desde los márgenes, Selva Almada consigue dotar a las palabras del significado que alguna vez soñaron tener. Una prosa terca, violenta, pulida y sedimentada, que moja a su paso.»Eider Rodríguez «Selva Almada dota a No es un río de una enorme fuerza gracias a una escritura donde el costumbrismo se transforma en poesía. Hace novela social con todas sus virtudes y ninguno de sus defectos.»Elvira Navarro «No es un río, su última novela, sigue elevando su apuesta en pos de un laconismo en absoluto reñido con la complejidad, de un lirismo desnudado de todo preciosismo. La naturaleza, los gestos, los elementos absorben aquí toda la psicología del relato, cuya intensidad y contrastes evocan la técnica del grabado en madera, empleada en este caso con deslumbrante maestría.»Ignacio Echevarría «No es un río es una novela enorme, una lírica de la aspereza en la que la amistad entre varones, la paternidad, la mujer amada y las despreciadas, la lealtad y la traición casi no necesitan ser dichas para hacerse sentir. Te tocan.»Gabriela Cabezón Cámara «En su realismo de repercusiones mágicas, confluyen Onetti y el Borges de #El Sur# con la sombra inflamada de Horacio Quiroga,pero la calidad y resolución de su prosa activan una sugestión que es exclusiva de Selva Almada.»Francisco Solano, El País «Es literatura de provincia, como la de Carson McCullers, por ejemplo. Regional frente a las culturas globales, pero no costumbrista. Justo al revés de mucha literatura urbana, que es costumbrista sin ser regional.»Beatriz Sarlo, Perfil, Argentina «Selva Almada reinventa el imaginario rural de un país. [...] Una autora dotada de una potencia y una sensibilidad poco frecuentes.»Rolling Stone, Argentina «Lo que parece fantástico de pronto se vuelve hiperrealista, un poco como en los cuentos de Rulfo o de Sara Gallardo.»Oliverio Coelho, La Nación, Argentina «Almada reconstruye la experiencia del pueblo de provincias con extrema precisión, descubre sus reglas y recrea su lenguaje buscando no sólo la sonoridad de sus palabras sino también la complejidad de sus sentidos.»Martín Lojo, ADN, Ar