Quien lea este libro no volverá a rezar del mismo modo. Sus páginas se adentran con admiración en la profundidad de las sencillas oraciones tradicionales, revelando su capacidad para transformar por completo nuestra vida.
Pocos tesoros tiene la Iglesia tan ricos, pero a la vez tan descuidados, como las oraciones de todos los días. Quizá lo que necesitemos no sea buscar oraciones nuevas, más modernas o más exóticas, sino aprender de nuevo, como niños, a rezar las oraciones cotidianas, desde el padrenuestro y el avemaría hasta la señal de la cruz, el gloria al Padre y tantas otras.
Todos las conocemos, pero solemos recitarlas sin pensar, apresurándonos para terminar lo antes posible. La finalidad de este libro es ayudarnos a saborear esas oraciones, despertando el asombro por la belleza y la sabiduría que contienen. A Dios le gusta lo pequeño y ha elegido ese medio tan humilde para volver nuestro mundo del revés.