Pocas personas saben todo lo que he vivido, todas las piedras que he tenido que brincar y los retos a los que me he enfrentado. Todo el mundo se siente juez de tu vida y parece tener un código de conducta.
A mi no me llegó ese memo hermano, yo he tenido que luchar una y otra vez con mis demonios internos. Una pelea constante entre evitar la mierda e intentar no ser una. Esta es mi historia ¡Bienvenido al purgatorio!