La vida de Rahel representa, desde mi perspectiva, el sustento de toda una generación entregada a lo que se llamó el ideal de la Bildung, traducido como la idea de la formación permanente del carácter de tal manera que, la vida de un hombre sea una vida con sentido para alcanzar la "nobleza del espíritu". Rahel me enseñó, mediante la creación de ideas y su vida, una lección: en una época en la que todo el mundo busca "ser alguien" importante no es el instante efímero de una fama creada tras el engaño o tras nuestra incapacidad de trazar límites; lo importante es devenir aquello que somos llamados a ser; buscar el sentido mismo de la vida, tras la creación y la libertad.