En las páginas siguientes, se desplegará un tapiz de recuerdos, emociones y desafíos. La historia de mi vida, entretejida con las hebras de amor, dolor, y la inquebrantable voluntad de levantarme y seguir adelante.
A medida que las páginas de mi vida se desenvuelven, el relato se entrelaza con las hebras de la cotidianidad, tejiendo una historia donde la adversidad se convierte en el catalizador de la fortaleza humana.
Haber atravesado una experiencia cercana a la muerte transformó por completo mi percepción del miedo y la incertidumbre asociados con la posibilidad de perder la vida en algún momento.
Este relato, se convierte en un testimonio de la universalidad de estas experiencias que trascienden el tiempo y las diferencias individuales.
Soy un sobreviviente agradecido con Dios y las manos maravillosas del cirujano. Después de 8 horas y media de intensa intervención quirúrgica, recuperé la salud y me enfrenté a la realidad de que mi supervivencia no tenía explicación científica. Había sobrevivido milagrosamente a una herida de 30 centímetros, cuando su experiencia se basaba en lesiones más comunes de aproximadamente 10 centímetros. Solo el 90% de esas víctimas había logrado sobrevivir, según sus propias palabras.
La palabra "sobreviviente" se grabó en mi piel, no solo como un recordatorio de la noche que desafió mi existencia, sino como un testimonio de la resistencia frente a lo inesperado y la fortaleza ante lo inimaginable.