El ser humano ha olvidado quién es, el Derecho que tiene sobre su cuerpo y el planeta Tierra. Ha olvidado que el universo es prosperidad y abundancia y que es heredero de todo. He vivido bajo esclavitud consentida, aceptando tiranos, amos y líderes que le digan lo que puede o no puede hacer, y cree que es reo de las circunstancias, en vez de dueño de su destino. Ahora puede conocer quién es y el derecho que tiene sobre su propia criatura y sobre los recursos de la naturaleza, así como su propia autoridad como humano. El hombre no debe someterse a estados o leyes, cuales no obedecen la Ley real ni la Ley Natural, y puede defender su planeta del elitismo y globalismo corporativo y de aristócratas y oligarcas que se creen dueños del planeta.