En Vida en Marte, reconocido por el New York Times Book Review
como uno de los poemarios más destacados del 2011, y galardonado
en 2012 con el prestigioso Premio Pulitzer de Poesía, Tracy K. Smith
imagina una banda sonora para el universo.
Su poesía, con referencias tomadas de David Bowie y de la
ciencia ficción, acompaña los hallazgos y fallos de la existencia
humana para sugerirnos que lo importante no es tanto descubrir
los enigmas del universo, sino asumir su misterio.
No obstante todos buscamos respuestas, en la religión, en la
ciencia, en el arte, pero la interrogación continúa viva, no se cierra,
especialmente cuando nos enfrentamos a la pérdida y al duelo. Es
por ello que Smith, que escribió estos poemas tras la muerte de su
padre (ingeniero en el Telescopio Hubble), construye su metáfora
marciana: el espacio exterior, sinónimo de lo que no puede llegar
a conocerse, en el que su padre se ha desvanecido. Reivindica el
poder de la ciencia como medida de reflexión en tiempos en que
nada alcanza a ser lo que es pues todo es eternamente cambiante,
eleva la vista a las estrellas, pero enfoca la lente de su telescopio en
lo concreto, lo íntimo, incluso lo doméstico.
Vida en Marte consolida a Tracy K. Smith como una de las
mejores voces de su generación.