Las últimas décadas del siglo XX corresponden a lo que Huntington definió como la «tercera ola» de democratización, que comienza en el sur de Europa en la década de los 70, continúa con los países latinoamericanos en los años 80 y en los del este europeo post-comunista en los años 90. Entre las cuestiones generadas por el surgimiento de estas democracias, el problema de la gestión de la violencia pasada (la de la dictadura), presente (la de la transición) y futura (la de la democracia restaurada o consolidada) aparece primordial. Al final del siglo XX, la democracia aparece tanto como un régimen-emancipación que como un régimen-refugio capaz de proteger los derechos humanos ante la tentación monopolística del Estado. La tradicional oposición entre violencia y democracia adquiere un sentido más fuerte puesto que se trata de pacif car un país devastado por el empleo institucionalizado de la violencia. Pero, ¿se puede identif car en la práctica de las transiciones la utopía de una democracia que libera del mal de la violencia política? ¿Cuáles son los mecanismos para la desaparición de la violencia, la gestión de los conf ictos pasados y la consolidación de la pacif cación? ¿En qué sentido se entiende la pervivencia de algunas formas de violencia? Estos son los principales interrogantes que recorren esta obra.