¿Nos ama el Espíritu Santo? Sólo puede haber una respuesta a esta pregunta. Sí. Nos ama.
Tan verdaderamente como el Padre nos ama, tan verdaderamente como el Hijo nos ama, tan verdaderamente nos ama el Espíritu. La gracia o el amor gratuito que el pecador necesita, y que se nos ha revelado y sellado por medio de la Semilla de la mujer, el "Verbo hecho carne", pertenece por igual al Padre, al Hijo y al Espíritu. Ese amor que creemos que hay en Dios debe ser el mismo en cada Persona de la Divinidad, pues de lo contrario la Divinidad estaría dividida; una Persona en desacuerdo con las otras, o, al menos, menos amorosa que las otras: lo cual es imposible.
Dos veces está escrito: Dios es amor (1 Juan 4:8, 16); y esto se aplica a cada Persona de la Divinidad. El Padre es amor; el Hijo es amor; el Espíritu es amor. La Trinidad es una Trinidad de Amor.