La dieta paleo se basa en la premisa de que los seres humanos estamos adaptados genéticamente para comer lo que comían nuestros antepasados en el Paleolítico, es decir, carne, frutas y verduras y frutos del mar –pescados y mariscos–, y pone en duda que una alimentación saludable tenga que estar apoyada sobre cereales, lácteos y vegetales.
La paleodieta, que también se conoce como dieta de la edad de piedra o dieta del hombre de las cavernas, considera que los alimentos más adecuados para el ser humano son aquellos que estaban disponibles en la época paleolítica: la carne, el pescado, las verduras, las frutas, los frutos secos y las raíces que aportan la cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios, y propone evitar los azúcares y alimentos procesados en general, pero también otros alimentos considerados saludables como las legumbres, los cereales y los lácteos.