En esta obra explico las visiones del profeta judío Daniel, quien viviera durante el tiempo de la deportación judía por parte del imperio babilonio. Su libro no es abordado por los rabinos en sus estudios, en cambio, en la escatología cristiana, sus trabajos están plenamente presentes, sin embargo, basados en una suerte larga de erróneas interpretaciones que no se corresponden con los hechos.

La visión de la estatua de Nabucodonosor II, quien observa los grandes imperios que se establecerían en el mundo, comenzando con el suyo (el babilonio), en la forma de la cabeza de oro de la estatua. Luego la visión de las 4 bestias (cap. 4). Esta profecía requiere la información posteriormente dada a los escribanos judíos Baruk y Ezra, donde se explican los asuntos de las tales bestias y del cuarto reino, el que muta hasta el final.

A continuación, la visión del macho cabrío y el carnero (cap. 8). Como en las visiones de Daniel, y lo que se sabe por los relatos helenos, tras la muerte de Alejandro se pasó el poder, no a sus herederos (que fueron asesinados), sino a sus 4 generales. Esta historia se complementa con otros relatos judíos como las crónicas de los macabeos y las obras del historiador judío Tito Flavio Josefo. Esto también se conoce como la primera Abominación Asoladora, instigada por Antíoco IV Epífanes.

La explicación del 9 del libro de Daniel se sucedería tras estos acontecimientos. La visión de 70 conjuraciones relativas desde los días de Daniel hasta la destrucción de Judea. Se le narra al profeta cómo 7 de estas conjuraciones se desarrollarían para reestablecer a los judíos en su tierra desde los días del reinado de Cirio el grande. Posteriormente aparecería el Mesías y cumpliría 63 conjuraciones, pero sería asesinado y luego sería quitado de en medio de su pueblo. Sus seguidores cumplirían un Nuevo Pacto por él establecido antes y durante la reyerta militar de los judíos contra los romanos, cuyos efectos devastadores comenzarían con las tropas de Tito destruyendo el templo (la última Abominación Asoladora) y acabarían en días del emperador Adriano, quien expulsaría a los judíos de su tierra.

La visión de un reino del norte contra un reino del sur (cap. 10 y 11). Acá se sucede la versión más amplia de los hechos históricos de ese entonces – y de este libro -, que inician con esa brutal guerra entre el imperio persa y el imperio macedonio, avanza hasta humillar a los persas, y se divide el poder de Alejandro Magno a Seléuco, Ptolomeo, Casandro y Lisímaco. Para concluir, todos estos enfrentamientos bélicos empezaron a desarmarse cuando la república romana quedó eclipsada por el poder imperial, y así comenzó el expansionismo y deseo de poder de conquista de los césares.

Finalmente, el misterio del capítulo 12 y de los malentendidos que tuvieron lugar en días de Jesús, cuando volvió a mencionar el vaticinio de la Abominación Asoladora. La confusión que hubo en días previos a la crucifixión de Yeshua, momento en que él mencionó la destrucción de Yerushalim (que tuvo lugar unos 30 años más tarde), ya que en la conversación hablaron de varios temas, unos no conectados con otros, mas los intérpretes "escatólogos" creyeron – como muchos de los entonces presentes que oían a Yeshua – que se refería a una serie de sucesos que tendrían lugar en un mismo periodo de tiempo.

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