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Tras una larga y brillante labor docente, Gaetano Mosca, profesor de Derecho constitucional en Palermo, Roma, Turín y Milán, escribió esta obra maestra, en la que expone, con precisión y claridad insuperables, las fases a través de las cuales han pasado el pensamiento y las instituciones políticas, desde los comienzos de la época histórica hasta nuestros días, poniendo de relieve cuánto deben las modificaciones de las instituciones a la influencia del pensamiento, y así mismo, el efecto que aquellas han ejercido en la evolución del pensamiento político.á El volumen que ahora se publica es un resumen fiel y más bien amplio de las lecciones de historia de las instituciones y de las doctrinas políticas que, con ligeras variantes de un curso a otro, he dado en la universidad de Roma. En ellas he comenzado por recoger los datos más antiguos del pensamiento político y, a través de las diversas épocas históricas, he llegado a las doctrinas más recientes que han apasionado y apasionan aún a los hombres nacidos en las postrimerías del siglo XIX y en los comienzos del XX. Naturalmente, dada la amplitud de la materia tratada, no ha sido posible dar una noción adecuada y, sobre todo, exacta en todas sus partes de todos los pensadores que, en un período tan largo, se han dedicado al estudio de los problemas políticos; por eso he tratado preferentemente de atraer la atención de los alumnos sobre aquellos autores que, como Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Maquiavelo, Rousseau y Marx, mejor se prestan para dar una idea de una fase histórica en la que pensaron y vivieron y de la influencia que ejercieron sobre sus contemporáneos y sobre la posteridad. En el día de hoy no son raras las monografías que tratan de los escritores políticos de una época determinada, o de alguno de ellos que se haya distinguido por la originalidad o, a veces, por la extravagancia de sus doctrinas, y no voy a discutir la utilidad de este género de trabajos; pero, dedicado a la enseñanza de jóvenes casi siempre ayunos de una preparación especial sobre la materia enseñada, me ha parecido preferible, desde el punto de vista didáctico, darles una primera idea, aunque sea sucinta, de todas las fases atravesadas por el pensamiento y, paralelamente, por las instituciones políticas. Faltaría a un deber si, antes de cerrar este breve prólogo, no recordase la obra de mi ayudante, doctor Leonardo Donato, que ha recogido magníficamente, con mucha inteligencia y competencia, mis lecciones y que, con toda diligencia, se ha hecho cargo de su impresión.