Actualmente, un gerente, director ejecutivo o jefe de una organización tiene la capacidad de supervisar todas las operaciones sin levantarse físicamente de la silla de la oficina, gestionando de manera efectiva mediante el uso del mouse de la computadora.
Su velocidad de Internet determina qué tan rápido puede acceder al contenido en línea.
Sin embargo, si bien los aspectos operativos de estar a cargo son indudablemente más simples en la era contemporánea, esto no implica inherentemente que seamos líderes inherentemente superiores.
De hecho, nuestra voluntad de adoptar la tecnología ha resultado en la pérdida de la interacción personal y humana esencial necesaria para maximizar el potencial de nuestros empleados.
Para motivar verdaderamente a su equipo a nivel personal y no como un gerente sin rostro, debe tomar medidas adicionales: el factor crucial para ganarse el respeto no es su posición en la jerarquía de la empresa, sino su compromiso inquebrantable con sus valores.
Este libro proporciona orientación sobre cómo convertirse en un líder accesible y bien conectado que hace las cosas de manera eficaz.