Cuando aquel día fue a trabajar, esperando que su mujer embarazada le llamara en cualquier momento diciéndole que se había puesto de parto, no esperaba que el día terminara así. Al llegar a casa descubre que su mujer ha desaparecido, todas sus pertenencias están allí, móvil, bolso, ropa, coche, tampoco hay rastros de ninguna agresión, ni puertas o ventanas forzadas. Nadie parece haberla visto. No hay huellas, no hay pistas. Meses después, sigue desaparecida y su vuelta al trabajo le depara otra sorpresa. La aparición del cuerpo de una joven y el de un hombre mutilado convertirán al tranquilo pueblo donde nunca pasa nada, en un lugar peligroso que alberga un sádico asesino. El inspector sospecha que puede ser el mismo que se llevó a su mujer y comenzará una exhaustiva investigación para encontrarle y saber qué le pasó.