Normalmente, los santos no son lo primero que nos viene a la cabeza al pensar en Nueva York. En este librito, sin embargo, Alberto Royo Mejía relata la vida de siete católicos ejemplares que nacieron en Nueva York o vivieron durante mucho tiempo en la Gran Manzana, dos de ellos ya canonizados.
Se trata de siete historias muy diferentes: desde un esclavo negro que terminó manteniendo a la familia de sus antiguos amos, hasta Su Eminencia Reverendísima el Cardenal de Nueva York; una italiana que fundó una congregación misionera y fue enviada por el Papa a Nueva York y una conversa neoyorquina del anglicanismo que se encontró con la Iglesia Católica precisamente en Italia; una antigua atea feminista y pacifista, un capellán militar durante la guerra mundial que luego fue conocido como el apóstol de los negros de Brooklyn y una irlandesa cuya familia tuvo que emigrar de su país a causa de su pobreza. Tenían en común, sin embargo, un gran amor a Jesucristo que cambió sus vidas.