Viajar por el mundo es la única manera de entenderlo en realidad. Si nuestra experiencia de este planeta y su gente es creada por el flujo y reflujo de una sola orilla, de una sola corriente, entonces ninguna sabiduría conceptual puede prosperar. Este libro no es solo para los que han viajado mucho, sino también para los lectores que inhalan este planeta respirado el aire de aquellos que lo traen a casa en prosa, poesía e imágenes.
Nuestro viaje pictórico a través de seis continentes expondrá a otros padres y madres, niños, escritores, clérigos, gente común a una de las creaciones más grandes del planeta: sus hijos.
En los viajes a través de estos continentes, descubrimos que solo hay un grupo de seres humanos que son leales a si mismos, abiertos a la aceptación y están dispuestos a correr riesgos. Los niños pequeños de todo el mundo son iguales, sin importar donde estén o lo que produzcan sus entornos. Cuanto más los fotografiamos, más nos dimos cuenta de que los niños responden a otros niños de una manera natural e inocente...Ellos lo definieron; nosotros lo fotografiamos.