What began as a familiar, entertaining TV series has become--thanks to its creators the Duffer Brothers and its cast--a worldwide success. Set in the 80's,
Stranger Things narrates the disappearance of a young boy named Will in the small town of Hawkins, Indiana. When his best friends go searching for him, they encounter a mysterious girl named Eleven who has telekinetic powers. This book shines a light on the production of the series, and all its 80's references and nostalgia.
Lo que comenzó como una serie de entretenimiento familiar se ha convertido -por obra y gracia de sus creadores, los hermanos Duffer- en una serie de éxito mundial. Y no solo por su argumento, que sí, que es sobrecogedor y te lleva el corazón en un puño y te mata a sobresaltos durante unos cuantos episodios, sino también por los guiños constantes a la década de los ochenta y a ese ejercicio de nostalgia por la cultura popular de una época. Stranger Things narra la desaparición del joven Will cuando regresaba a su casa en el tranquilo pueblo de Hawkins, en Indiana, tras jugar con sus amigos una partida del famoso juego Dragones y mazmorras. Cuando sus compañeros se emplean en buscarlo aparece en escena una misteriosa niña llamada Once que tiene el pelo rapado y unas poderosas habilidades telequinéticas. A partir de aquí, los chicos vivirán una serie de aventuras que les llevarán a descubrir que el apacible pueblo de Hawkins escondía algún que otro secreto. Con el legado audiovisual de Steven Spielberg, Ridley Scott o John Carpenter en la mochila, Matt y Ross Duffer han creado una serie que va más allá del mero entretenimiento, ya que invita a reconocer los distintos homenajes a los años ochenta que nutren cada episodio, y que van desde películas como Alien, Los Goonies, Encuentros en la tercera fase o Pesadilla en Elm Street hasta los relatos de Stephen King. Sin olvidar una banda sonora con una colección de canciones de la época que acompañan momentos concretos de cada episodio con un criterio intachable. Este libro trata de echar un poco de luz sobre una serie que no habla más que de aventuras y monstruos pero que está construida con algunos de los mejores referentes del cine y la televisión de los años ochenta. Destila amor por un modo de narrar historias propias de una época y recordarlas con una pizca de nostalgia nos acerca más a la felicidad.