Tengo tres reglas que sigo cuando construyo empresas multimillonarias. Regla número uno: no duermas con tus empleadas. Regla número dos: nunca, nunca, nunca, pero nunca duermas con tus empleadas. Y regla número tres: escucha, idiota, ella es increíblemente hermosa. ¡Pero no puedes tenerla!
Solo que ahora… renuncia… o se está yendo… o lo que sea. He tenido mis ojos en ella por dos años. Prácticamente llego a diez mil pasos diarios poniendo excusas para caminar hasta su escritorio… y echarle un vistazo.
Y ahora parece que he contraído un caso serio de coitus interruptus.
¿Sufriendo de amor en un ascensor? No tan rápido. ¿Caliente y sudoroso, pero insatisfecho? Estás sufriendo de los efectos secundarios de coitus interruptus.
Sexo en la playa… suena delicioso. Puedes pensar que sí, pero la arena en las regiones inferiores pueden ser otro efecto secundario del coitus interruptus. Y la mujer de la que me estoy enamorando… creo en realidad que está disfrutando mi miseria.
¡Debo tenerla!